La última película de Pedro Almodóvar me ha parecido un potaje con todos los temas de actualidad política y socialmente correctos. A saber: las fosas comunes, las violaciones grupales como la de La manada, el feminismo (que se deja caer en una camiseta de Penélope Cruz), la defensa de la diversidad sexual. Todo aderezado con un último ingrediente: la receta de la tortilla de patatas. Vaya, que la peli está hecha para triunfar… en Francia y Estados Unidos.
Alguien debería decirle a Almodóvar que ya nadie escribe su número de teléfono en un papel para dárselo a otra persona (y menos una de la generación Z como Milena Smit) Y ya de paso que alguien le diga al director manchego que los bebés, cuando los metes en la cuna, no se duermen. -No ofence, Pedro, en la era antes de minicultureta yo también lo desconocía-.
Penélope, Aitana, Milena, Rossy, Israel… están todas estupendas en sus papeles de pijiprogres en casas carisísimas y coloreadísimas que dan mucha envidia. Te pasas toda la película preguntándote de dónde leches sacan el dinero para pagarlas.
*Si tienes una tarde tonta y te apetece algo entretenido sin más, puedes ver Madres paralelas en Movistar+.