Aunque la mayoría no los conozca, Madrid le debe mucho a gente como Manuel Marqués y Elena Guerrero, responsables de la galería de arte Modus Operandi en el barrio de Las letras. Este otoño, en plena segunda ola, se arriesgaron a abrir el espacio gourmet Perro Paco para apoyar productos artesanos elaborados en la comunidad de Madrid: desde cervezas hasta cerámica y libros. Desde marzo organizan eventos literarios, de música y danza.
La bailarina Cristina Cazorla -14 años de estudios de danza en el conservatorio- acaba de arreglarse en el local. Falda rojísima con volantes y vuelo, castañuelas, flores secas en el pelo… «Vamos a hacer una pequeña degustación de escuela bolera, desde los gestos más elegantes hasta lo más racial». El guitarrista clásico Álvaro Toscano calienta con su instrumento: «Para acompañar a una bailarina hay que tener el oído, la vista y todos los sentidos puestos en ella».
La escuela bolera es una de las disciplinas más difíciles de la danza española por la rapidez de sus pasos, la necesidad de dominar las castañuelas o palillos y la sofisticación. Hace unos meses, la exdirectora del Ballet Nacional de España, Aída Gómez, me decía que bailarines de clásico los hay en todo el mundo pero la danza española es algo único que hay que defender.
*La galería de arte Modus Operandi y el espacio gourmet Perro Paco están en la calle Lope de Vega de Madrid.