Se dice, se cuenta, se rumorea que la autora de la frase más pija jamás pronunciada en España fue una exministra del Partido Popular. Se dice, se cuenta, se rumorea que, preguntada sobre su momento favorito del día, Ana Mato contestó: “Por la mañana, cuando veo cómo visten a mis niños”. Solo un par de políticos han confirmado que leyeron la frase en una antigua revista Telva. Para certificar si existió, tendríamos que acudir a la fuente pero si a Mato nunca le llamó la atención un Jaguar en su garaje, cómo para acordarse. Me temo, además, que lo negaría todo.
Cualquiera de los pijos de First Class, por contra, festejaría trascender como el creador de la frase. Imagino el tweet de Aldo Comas en consonancia con el que escribió aquel coleccionista de NFT que pagó 1,4 millones de euros por un pixel gris: “¿Cómo seré recordado yo?, ¿cómo reflejará la historia este momento?
La serie en general me hace poca gracia y me da la sensación de que está demasiado forzada. El diseñador Archie Alled-Martínez es el personaje que más me interesa. Echo en falta conocer más su trabajo, sus estudios y sus éxitos. Me alucina su nivel de inglés y me gusta su sinceridad (“no me gusta hacer actividades si el que manda no soy yo”). Aldo Comas me parece un insulto a cualquier artista. Clara Courel me provoca ternura y merece un psicoanálisis. Lucía Sáez-Benito, que “está en algún punto entre la adolescencia y la muerte”, me cae bien. Los Patsy me producen pereza absoluta. Y el resto… ya se me han olvidado.
Como entretenimiento veraniego y por el morbo de ver cómo viven los ricos, tiene un pase.
*Puedes ver First Class en Netflix.