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A la salida del estreno de El crítico en el Festival de cine de San Sebastián pregunto a uno de los espectadores qué le ha parecido el documental sobre Carlos Boyero. “Yo lo hubiese titulado Boyego, mucho ego y poca crítica”, me responde ingenioso. Salía una con la sensación contraria, que el trabajo era equilibrado y que Boyero recibía bastante.

Se le critica por machista, por desfasado, por vividor, porque se le ve cansado, se le dice a la cara que las nuevas generaciones no tienen ni pajolera idea de quién es. “¿Puede hacernos la crítica a su propio documental?”, pregunta la sala tras la proyección. Boyero no decepciona: “Más allá de que crea que hay un anormal en pantalla, estoy de acuerdo con los elogios, las disidencias me parecen lamentables”. Carcajadas.

Es francamente divertido El crítico. Desde la primera declaración de Álex de la Iglesia -“eres director cuando Boyero te pone a parir”- hasta cómo recuerda Fernando Trueba el día que conoció a Boyero en la facultad -“pensé, genial, uno más feo que yo”. Impagables las imágenes de las primeras pelis que grabaron juntos Trueba, Resines y el propio Boyero. La biografía del crítico se intercala con sus polémicas más sonadas como cuando un grupo de directores pidió su cabeza a El país o la relación odio-odio con Almodóvar quien, por cierto, ha declinado participar en la cinta. De paso, se describe el pasado, el presente y el futuro de la crítica de cine.    

También hay una parte oscura. Boyero relata sus adicciones a las drogas y al alcohol, sus intentos de rehabilitarse. Se confiesa solo, se confiesa deprimido. Preocupa incluso cuando alude a un posible final trágico que se le habría pasado por la cabeza. No lo haga, ciudadano Boyero, nos quedan muchos pinchos de tortilla por compartir en el Sylkar.

 

El documental El crítico se estrena en TCM el 21 de octubre.